La perspectiva extraordinaria

Nunca nos cansaremos de mirar... El entorno, demarcado por
nuestra propia intelección o amplificado por nuestra propia pequeñez, todavía
responde al juego de la mirada dispuesta, la mirada susceptible de
significación estética y dadora de perplejidades sutiles.
Nunca nos cansaremos de mirar... La mirada todavía acude a
la convocatoria tácita del paisaje, a manera de espectáculo o de hallazgo
memorable.

Nunca nos cansaremos de mirar... Ególatras irremediables y
de una especie egocéntrica, el paisaje es el espejo de nuestro acontecer
anímico; acaso por ello cada terreno ostenta su prospecto artístico.

Nunca nos cansaremos de mirar... Así observamos al
prestidigitador de luz, para ver las peculiaridades visuales que ha traído de
tierras insólitas. Y aunque su revelación sea la de nuestra propia comarca, su
perspectiva extraordinaria logrará deslumbrarnos plenamente.
Texto de 2007 para fotografías de paisaje, en colaboración con una tal galería El Rastro. Ha pasado el tiempo, requiero gafas, pero aún puedo seguir creyendo en la perspectiva extraordinaria... y que nunca nos cansaremos de mirar.
Imágenes: Intervenciones varias a Yves Klein, Muac, Méshico, 2017. Fotografía digital