Canción desde una silla rota abandonada en el mar


La luna
se fue borrando
como una gota
en la piel del cielo
–piel
opaca
de azulejos.

Las botellas rotas
se han quedado lejos
pero sus reflejos
brillan aún
cuando les pega el sol.

Su refulgencia
es violencia
en el ego
herido
de esa flor.

Las huellas
no resisten
disiparse en la arena
ante la embestida acuosa
y se van
borrando,
como la luna
que naufraga
en las células que amamantan
la urgencia brutal
de tocar un cristal
para corroborar si es cierto.

Irse
borrando.
Disiparse.
Brillar a lo lejos,
cuando pega el sol.