Cuchilla de nube que duerme



Te quiero con tu locura de canicas en celo.
Te quiero con tu sadomasoquismo de mirada calcárea.
Pero revive.
Succiona.
Hacedora de climas.
De bailables para el solitario.
Revive.
Alondra con alfileres en los pétalos y en los labios.
Rasguña.
Respira.
Hasta en la noche cuando a los rostros vuelvan a nacerle sus ojos
y las criptógamas no desprecien el humo
que nace en los dedos.
Sin tertulias ecuestres
ni asfixias de terciopelo.
Sin tarántulas en el hielo
ni alaridos que secuestres.
Despierta,
platillo de musgo que crece en mi pelo.
Te quiero,
cuchilla de nube que duerme.
Aquí me diste
y aquí te entierro.

 Imagen: "Carne rupestre". En alguna pared de Méshico Tecnoshtitlan, 2017.