Me entrego a la mar
Me entrego a la mar
amarga y dulce del absurdo.
Su movilidad no me transporta
pero tampoco me desintegra.
Acaso pueda buscar
en la resaca de su golpeteo
los intersticios para vislumbrar
dónde comenzar otra vez.
Me entrego a la mar
amarga y dulce del absurdo.
Su movilidad no me transporta
pero tampoco me desintegra.
Acaso pueda buscar
en la resaca de su golpeteo
los intersticios para vislumbrar
dónde comenzar otra vez.