Poesiática
Como una mujer cubierta de liquen;
como la noche pluviforme de su pelo
y una uña que de tan oscura brilla
atravesando el paisaje ocular de sus lágrimas.
Como el humo que de sus labios y sus dedos nace,
y la niebla que al musgo de su corazón envuelve.
Como leche de mercurio que en su centro hierve,
derramada hacia las lenguas hechas brasas en el éter.
Como un hombre cubierto de ceniza
cayendo lentamente en el abismo.
Como el brillo de sus ojos enlodando el eco
del Cosmos con su propio laberinto.
Como las espinas que surgen de sus dedos.
Como la fruta muerta que siniestra le palpita.
Como los crepúsculos bajo sus párpados
y el claroscuro que provocan derritentes.
Flota,
humedece,
dejando su melancolía como sombra,
guardando con cerrojos lo que nombra.
Flota,
se respira.