Canción de lluvia

Tu canción se derrama en este día nublado, como una pulpa grisácea que estalla muy suavemente en el ánimo de mis cosas, pergeñando un aroma de rumbo lejano.

Tu canción es este día nublado, como un sembradío de risas melancólicas en el desfile al que acuden mis ojos. La escucho y la respiro; vuelto el espectro de tu tacto, tu tacto con alas, tu rostro con hojas, tu voz que deambula en mis uñas vestidas de negro.

Tu canción se desplaza con filo de lluvia, con musgo de llanto y antojo de sueños. Me corta, me expande el veneno del mar que te trajo. Me vuelve humo, color imaginado para un cielo húmedo.

Tu canción me regala este día nublado; la escucho en mis párpados, en el edificio de vaho que construyen mis dedos; la escucho en mis labios, adentro de mi lado izquierdo; la escucho mientras me muevo sobre el algodón que robé de tu espasmo.

Tu canción que germina en mi lengua, como una lágrima de silencio. Tu canción donde duermo, con frío, con nervios de relámpago lento. Tu canción de estación favorita, y de niña que quiero...