L'ENFANTPERDU

Allá en la ciudad donde los ángeles arden, hubo un niño perdido con ocho rostros azules. Caminó por las calles con metal en los labios y su beso argentino se plasmó en las paredes. Una constelación de quiragras sanguíneas se formó en la delicia abismal de sus ojos color canto de pájaro. Él sedujo ventanas, fue adorado con lodo. En la noche lloró y sonrió con el alba. Fue creciendo con filo, con mercurio y con alas. Fue accediendo al sigilo con acritud.

Allá en la ciudad donde los ángeles caen, hubo una mujer sin faz y sin carne. Buscaba a su hijo sin nombre ni signo en jardines de floras abstrusas. Se alejó con los constructores cuando supo que el niño era un gobernante. Se arrancó su vestido y terminó siendo del aire.

Adoradores del hijo de rostros azules, idólatras de la madre etérea y sin carne: evacuen el templo, allá en la ciudad hay un sol en descenso.
..