Foro desentrañado




“Viven sumidos en sus heridas infantiles. Destruyen lo que aman, adoran lo que han destruído.”
A.J.

“He vivido sumido en mis heridas infantiles. Destruí lo que amé. Adoré lo que destruí… Ahora estoy desnudo y solo, preparado para renacer.”
E.G.O.


Todo lo que se desprende del discernimiento se torna ligero, como un depósito sólido cuando se condensa. Eso podría ser el desentrañamiento. Colocarse libre de pensamientos y sentir no más. Todo se desvanece por su propia levedad. La circunstancia se equilibra. El ego y su apaciguamiento. Un descanso, prolongado y sereno. Lo que viene. Lo que hay. Haber renunciado a los vínculos naturales pero forzados. Previos… 

(Por qué he escrito esto. Por haber releído la hoja anterior en mi cuadernillo. Estaba disfrutando del Foro después de un altercado [De allí surgió el título “foro estraño” —¡me guta!: https://orgilia.blogspot.com/2019/10/foro-estrano_49.html—. Así surgen algunos textos que resultan —digamos— trascendentales. Se emborronan y se dejan olvidados. Después reaparecen, como un hallazgo. Se corrigen: Se redirigen. Se desprenden las rebabas biográficas y se tornan filosóficos o literarios. Ya no importan lo vivido ni lo pensado, sino su traslado: Un mensaje que pueda restallar hacia otros extremos, el de una interlocución incierta pero intersubjetiva]. Más que en las ideas, pensé en por qué la forma de mi letra es infame —el ego y su estertor—. Parecía estar cansado. De mí. Presto a renovarse, no obstante. La senda estaba allí. Era hora de decir “Vámonos”, ”A otra parte”. Lo dije y el viaje comenzó de nuevo… No sé si ya volví y me haya puesto en reposo, pero —dado que todo marco temporal es simbólico— no me traiciono si retorno en lo trillado para escribir nuevamente —agradecido, reposado y sereno—: “Que la conclusión de este ciclo resulte venturosa y la renovación sea próspera y compensadora. Feliz revolución de las horas.”)




Rola: Arturo Meza, “Un poco de música en tu corazón”, del álbum 70 centavos, Gente de México, 1989