La canción de los escombros
Los columpios arquitecturan
la canción de los escombros que deja la latencia. Las flores parásitas decoran
con poesía espontánea de lágrimas risueñas. El polvo les da un gesto de
adolescencia y maldad.
Allí se me hospeda un dolor taciturno de niño; aquel silencio entre el
bullicio del recreo; intersticio donde se escabullía el gatito solitario y
tímido nacido en tu pelo, cuando ni tú ni yo sabíamos que todo se guardaría en
un frasco. Casi como una luz, un destello.
Hasta ese momento solo era un fragmento; el segmento de una carta con estilo
incipiente. Qué sería ahora, en mitad de este sitio donde vuelven a transitar
desconocidos y heteroglosias. Qué sería hoy, cuando hasta los escombros rebosan
sentido.
Dolor taciturno de niño. Gatito solitario y retraído. Escombros, no más.
Imagen: "Corazón intervenido". Registro de interacción gráfica anónima y desautorizada. Comarca de Coyotes, 2017.