Mil cuatrocientas veintisiete perlas



Amorío Perpetuo naufraga en una resaca de mil cuatrocientas veintisiete perlas. Su canción minimal es un estremecimiento de células. Locomoción de luz que atraviesa intersticios lumínicos. Combustión de lágrimas que hacen vibrar la simiente química y deletérea. Estímulo mórbido de membranas que se queman. Espasmo tórrido de alumbrar el filamento inaplazable de volverse una espléndida crepitación de carne. Ah, belleza orgánica de mil cuatrocientas veintisiete descargas de luciérnaga. 

Imagen: De la serie "Minimales", tinta mixta sobre papel, octubre, 2016.