Exuvia lunar
La exuvia lunar –manjar de los puentes peatonales– está harta de
inhalar el polvo de estos trágicos fantaseos terrenales.
Y aun así –entre las uñas de las ramas artríticas–, prepara el
aguijón de sus perversiones místicas.
Y el órgano que late, en vez de sangre, escurre semen; y, en vez de sed, hambre es lo que tiene; pero ni así se atreve a
masticar estos cristales ni a comerse sus pirañas termales.
Cuándo volverás a verme, exuvia de luna incestuosa. Cuándo
volverás a fumar el hongo de mi boca. Cuándo volverás a sangrar –gota a gota–
en mi copa. Cuándo vendrás a desatarme las pestañas y a afilarlas en la piedra
lisa de tu lengua. Cuándo vendrás, otra vez, a amamantarme con la piedra suave –con la líquida y musgosa piedra– de tu carne.
Estos días, estas noches –amargos como el menstruo de naranja
muerta–, ¿no vendrás a verme llover?, ¿no vendrás para llevarme a tu dormitorio
de mareas?, ¿no vendrás a dejarme que me muera?
Imagen: Detalle de "La flor de tu veneno", tinta mixta sobre papel.
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