El espantapájaros se declara
Mis instrumentos de trabajo son la humillación y la angustia;
ojalá yo hubiera nacido muerto.
JLB
Debo
decir a los pájaros que me avergüenzo. Me avergüenzo de ser como soy tras el fondo
de mi silencio y no saber depurar mi sustancia. Espantajo maldito que el viento
hace gemir.
Debo pedir a los árboles que me absuelvan de haber
confundido mis ramas con sus brazos y me concedan la apariencia de su semejanza
–si no el sabio portento de su quietud vertical en torno del agua–,
deshilvanándome errante al transigir las auroras.
Si la alegría me fue vedada anhelo aún la calma interior.
Si no descubrí la salida en este laberinto; si no hallé jamás los hilos que me
guiaran, debo seguir descifrando esa luz tan equívoca y alejada –Acaso sean ventanas
o el sol que todo lo abarca.
Cuántas veces temí salir porque el aire me desarmara.
Cuántos temores di al mover temulentas mis hebras... Ya solo aguardo
transfiguraciones nuevas: el sosiego de ser árbol y la armonía de tener alas.
Imagen: "Zendero", Los Viveros, Coyotown, México, 2014. Fotografía digital