Que los ojos se embriaguen de caleidoscopio


Los ojos se embriagan de caleidoscopio.
¿Tendrían que esperar a que el estado de plaga
les ordeñara una lágrima?
La tentación y los vicios
son parte de su sustancialidad de ‘ser vivo’;
comparten la sinergia de los sentidos,
el filo y el musgo de sus pestañas.
Que miren, que inhalen,
que prueben, que toquen,
que escuchen afuera y adentro;
que se arrojen, que vivan;
que sean.
Que reclamen la existencia
pero que no se limiten de sangre.
Que comparen el hambre
de quienes ya han comido
y de quienes ya no comen.
Que miren el hedor y el color,
el perfume y la griscitud
de las telas y los disfraces;
la desnudez y el desgarre;
el color de la piel
de quienes se desnudan
y de quienes ya no se visten.

Seres vivos con aguijones:
Que contemplen pero que observen.
Que respiren pero que olfateen.
Que crucen la vida,
sin alejarse ni reducirse.
Que no levanten fronteras
ni extiendan banderas.
Que no apoyen ni secuestren.
Que no arrastren ni arreen.
Que se queden solos.
Que se embriaguen.
Que se embriaguen de caleidoscopio…

Imagen: "Vórtice / Vortex", de Marcela Armas, MUAC, 2013. Fotografía digital, enero de 2014