24 hrs. de canción


Una
lágrima
con
su
dolor
de
niño
empapa
el
diorama
violeta
de
la
ciudad
tan
voluble
como
el
día
tan
soluble
como
el
sol
tan
susceptible
de
llovizna
con
la
fragancia
oblicua
de
su
premonición

La
banda
sonora
gravita
en
la
bóveda
de
este
organismo
cetrino
de
hojas
música
de
soledades
lejanas

eclosión
y
vórtice
deletéreos
de
la
habitación
confluencia
química
de
impurezas
límpidas
atravesada
apenas
de
resaca
y
alcohol

Una
lágrima
y
24
hrs.
de

canción