La voz desosegada
Con quién compartir el espacio que iluminan las paredes blancas, las cosas calladas que dormitan en la penumbra y la ciudad doblegada en los linderos de la ventana. Con quién destilar el silencio o depurar las palabras que transcurran exactas. Si he sido el hermano asesino, quien vive sin ley ni teocracia. Si mis aliados sucumbieron en los altercados que yo incité. Si mis parientes ardieron en la casa grande que yo mismo incendié. Si mis parejas amanecieron vaciadas buscando la luz umbilical de sus hijos. Si mis mascotas huyeron después de que las pateé para que se callaran…