S u b l i m a n t e s



No somos amantes sino sublimantes.
La presencia evocada y la ausencia equivocada.
Así,
me puse a pintar siluetas de tu carne
–rojizas, ondulantes–
con estrías de mi glande,
ansiando que los trazos fueran fragantes.

Un murmullo de sol en las luciérnagas.
Una bruma de alcohol entre las venas.
Un olor de erosena desde tus piernas.
Sobre tus senos las gotas de esperma.
La imagen de tu vellosidad
zurciendo mi verga.

Una brizna de noche en las chicharras.
Una descarga eléctrica bajo la melena.
Amamantar tu mirada de hembra.
Inyectar tu cabalgata frenética.
Voltearte.
Ser el potro que te penetra.

No somos amantes sino sublimantes.
Ausencia revocada.
Lábil presencia.

Imagen: De la serie Sublimantes, mixta sobre papel, 2018.