Bolero cerúleo de un coleóptero muerto
Y “que viva el mole de guajolote”
(De un grafiti en
Estridentópolis)
Es mi amor la pestaña caída de una mujer
policía
que perdió su placa, su cachucha y su
pistola…
Qué salvaje legitimidad popular lo
atrinchera.
Es mi amor una resaca de magnitud
entrópica
embestida por el soundtrack de la gasolina.
Hacia dónde se aleja.
Qué inoportuna medicina lo disipa.
Mis ojos dealer,
mis dedos coma,
acaso aún lo suministran.
Tiene mi amor una boca dispuesta para
masticar,
un caparazón consistente y dos élitros
córneos
que cubren dos alas membranosas,
plegadas al través cuando es aburrido volar.
Y tiene mi amor la masa de una
sustancia
con sus moléculas regularmente
ordenadas,
formando un cristal;
mas esa sustancia en forma de gas,
con sus moléculas libres y en pleno
desorden,
acaso aún lo mistifican.
Es mi amor un formato de la incertidumbre
existente
ante un conjunto de mensajes
de los cuales detonará uno
solamente.
Sola mente.
Qué inoportuna conmensurabilidad lo emborrona.
Mis ojos límite,
mis dedos hélice,
acaso aún lo abastecen.
Imagen: "El inmortal". Registro de gráfica anónima y desautorizada.
Allende el Centro Histórico de Teknochtitlan, 2007.
Intervención fotográfica