Nostralgia


 Se cuece la tarde como una nube de reminiscencias condensadas. Es una luz cálida que se disipa por dentro. Es un momento que se detiene. La carne de un hombre que deja de crecer. Como si el silencio fuera un patio donde se diluye un color. Como si el silencio fuera un gato que ensombrece el corredor de la casa, asustado por las campanadas de aquel barrio que un fantasma invita a deambular otra vez. O sólo es el eco. El insomnio que acontece lejos del reloj. El ímpetu de la madrugada. O solo la tarde que empieza a retroceder. O nada más que la carne de un hombre que ha dejado de crecer súbitamente. La calle de trashumancias accidentales. Ah, y adentro cuánto silencio. Silencio de patio que se oscurece. Silencio de gato que se va diluyéndose, como un color innominado. 

Imagen: "La casa vieja". Panktepek, Chiapas, 2000. Fotografía digitalizada