Teresa Silla de Alas


Vino Teresa Landeros a ofrecerme una pulsera a nombre de “los artistas discapacitados”. Me invitó a escucharla tocar el piano, en Casa Carranza y en el museo José Luis Cuevas.

Me quedé una pulsera de lágrimas negras que usaré hasta que se deshaga.

Cuando anochezca, las ruedas de su silla se trocarán en alas…