Oda a mi embriaguez rotunda


Amiga furtiva de la tarde, mi embriaguez solitaria recolecta canciones que otros tiran. Con su cabellera enmarañada y los pantalones rotos. Con su elocuencia de revólver y sus corazones desechables.

Radioescucha clandestina de ciudades que arden, mi embriaguez solitaria recompensa con canciones la compañía que los demás desprecian. Con sus caderas eclipsadas y escaleras al cielo. Con sus poemas de carne y sus dilemas entre los dedos.

Mi embriaguez y sus tribulaciones. Mi embriaguez y sus hilaridades. Mi embriaguez y sus avatares. Vicisitudes de un viaje. Ángel excedido de equipaje. Precoz criminal de sí mismo.

Es mi embriaguez la que viene, como una sombra que preña al sol. Es mi embriaguez quien se anuncia, gentil y trasvesti.

Bendita lucidez de ese momento, cuando mi embriaguez coordina el baile. Bendita mixtificación de mi ser y el universo; en ese último instante, antes de que la angustia se la lleve para siempre.

Es la embriaguez que me llama. Invierte mis disfraces. Y me hunde permanentemente en el paraíso de las lagunas mentales.

Amiga furtiva de la tarde, mi embriaguez solitaria recolecta canciones que otros tiran.