Mis amigos caminantes y mis amigas contemplativas
Mis amigos caminantes y mis amigas contemplativas, disfrazadas de flora obsoleta y adscritas a remotas expediciones lunares, sobrevaloran mi melancolía absoluta, mi lubricidad y esa pequeña tristeza de fauno.
Mis amigos alcohólicos y mis amigas ninfómanas, exultando los paisajes que sólo han existido en sus libros, subestiman mi vocación de visionario.
Suponen que fui un cantor, en un planeta lejano de barro y selva polícroma. Aseguran que escribí poemas en la parte inferior de mis labios. Que tuve más de un amor y que fui solitario.
Mis amigos plenipotenciarios y mis amigas interoceánicas. Finas personsas coleccionistas de luciérnagas y cadáveres. Que no aprendí a comunicarme. Que mi lenguaje es secreto y debe ser descifrado. Que sigo estando solo aunque todos me quieran.
Es cierto. Acaso.